Llega el invierno. ¿Cómo preparo mi coche para el frío y la nieve? (Parte 2)
La semana pasada te contamos en nuestro blog algunos consejos para preparar tu coche de cara al invierno y cómo conducir durante el invierno, cuando las horas de luz son menores, la visibilidad es peor, la adherencia a la carretera es más inestable y, en definitiva, corremos más riesgos que en otras estaciones.
Esta semana seguimos contándote algunas recomendaciones que tienes que tener en cuenta para salir a la carretera durante estos días de frío y lluvia.
Batería y líquidos, claves del correcto funcionamiento pese al frío
La variación de temperatura hace que la batería sufra y se vea afectada su capacidad y duración, lo cual se agrava con la gran cantidad de elementos que hacen uso de ella en un automóvil moderno (no sólo se trata del arranque). Inspecciona el estado de carga de este dispositivo durante el otoño mediante un multímetro (comúnmente llamado “tester”) o acude a nuestro taller donde puedan llevar a cabo esta operación y recargarlo si está bajo de tensión. Si la batería tiene más de 5 años de antigüedad y/o en uso, no te asustes si se descarga y llega al fin de su vida útil.
Mantener en el nivel correcto los fluidos es fundamental para el correcto funcionamiento de un propulsor, especialmente de combustión. Con el motor frío y con el coche estacionado sobre una superficie llana, examina que los niveles del líquido refrigerante, el de frenos, el de aceite y el lavaparabrisas son los adecuados, reponiendo cualquiera de ellos si es necesario. Asegúrate de que añades líquido con la misma especificación que tienen los que hay en el coche, que en cada caso debe ser la que recomienda el fabricante de tu automóvil. Si mezclas aceites de diferente viscosidad, o líquido de frenos de diferente calidad, por poner dos ejemplos, comprometerás la fiabilidad del vehículo.
Otros consejos para que tu vehículo “sobreviva” al invierno
Aunque lo más importante ya ha quedado dicho, es recomendable que no te olvides de algunos puntos. Es el caso de las pastillas y los discos de freno, elementos de desgaste cuyo estado debe de ser perfecto para garantizar una frenada segura. También el de un pequeño botiquín que todo coche debería llevar en la guantera o el maletero con material higiénico básico, por no hablar de un amplio elenco de accesorios que te harán la vida más sencilla ante una nevada inesperada durante un viaje: rascador de hielo, guantes de goma, linterna, manta, alcohol etílico, comida, etc.
Por otro lado, si tu coche duerme en la calle, no dudes en adquirir una funda. Cuando la retires y lo arranques, hazlo un poco antes de lo normal y deja que el motor se caliente correctamente durante un minuto o dos. Con esto conseguirás que el climatizador funcione y desempañe los cristales antes de iniciar la marcha. Si circulas sobre carreteras con sal, lávalo a menudo con agua a presión para evitar la corrosión de los componentes más expuestos (esto incluye los bajos del vehículo). Extrema las precauciones, infórmate sobre el tráfico y mantén lleno el depósito.
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